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Murió Wallace Roney: el coronavirus se cobró la vida de un grande del jazz

El músico fue un discípulo dilecto de Miles Davis y forjó una rica trayectoria con más de 20 álbumes grabados como líder y sendas colaboraciones.

La noticia la dio a conocer el pianista panameño Danilo Pérez.
Actualizada: 31/03/2020 21:36
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El trompetista Wallace Roney falleció hoy en Nueva York, a los 59 años, a causa de complicaciones cardiovasculares provocadas por el coronavirus. La noticia la dio a conocer el pianista panameño Danilo Pérez, desde su red social. Roney, nacido en Filadelfia en mayo de 1960, fue el mejor discípulo de Miles Davis, quien fue su mentor desde mediados de los años ’80 hasta la muerte del genial artista, informó Clarín.

Conoció a Davis durante una serie de conciertos tributo en el Carnegie Hall y en el Bottom Line, en Manhattan, en 1983, show donde Davis le terminó regalando su trompeta y desde aquel momento fueron inseparables, al punto que Miles lo invitó a tocar en 1991 en su histórica participación en el Festival de Montreux.

Esta amistad, si bien funcionó como un respaldo para Roney, también reflejaba un reconocimiento a su talento. Desde los 16 años participó de manera destacada de la escena jazzística. Podríamos decir que su educación musical la terminó en el escenario con verdaderos maestros del género como Tony Williams, Art Blakey, Ornette Coleman, Elvin Jones, Dizzy Gillespie, Sonny Rollins, Herbie Hancock y McCoy Tyner, entre otros.

Siendo un adolescente venía de destacarse en el área de Washington, y el salto a Nueva York lo dio luego de haber sido elegido Mejor Músico Joven de Jazz en la encuesta de público y críticos de la revista Down Beat, por dos años seguidos, en 1979 y 1980. Diez años después, la misma encuesta lo ubicaba como Mejor Trompetista en Vivo. Su despegue definitivo fue en 1986, cuando formó parte de los Jazz Messengers, de Art Blackey, y del quinteto de Tony Williams, un verdadero espaldarazo para este músico de carácter apacible y de una técnica depuradísima, que por momentos amenazaba con perderse a la sombra de Davis.

“Sonaba como Davis, fraseaba como Davis y hasta fruncía el ceño como Davis, pero no era Davis”, era un dicho común entre sus colegas. Grabó más de 20 discos como líder y en trabajos como Misterios (1994), con el saxofonista Ravi Coltrane y la pianista Gery Allen (con quien estuvo casado hasta 2017), y Village (1997), con Michael Brecker y Chick Corea, mostró no sólo su capacidad como líder también una frescura y audacia novedosa, por no decir futurista a la hora de improvisar junto a su relajado swing siempre en su clásico medio tiempo.

Otro disco en el que Roney se destacó fue Remembering Bud Powell (1997), de Chick Corea, en el que fue parte de un set arrasador con el saxofonista Kenny Garrett.

Sus últimos trabajos fueron A Place In Time (2016) y Blue Nights (2019), dos trabajos que mostraban ese sempiterno tono davisiano, reflexivo pero con un brillo personal que le daba a su música un permanente interés. Un músico que desde la trompeta siempre tenía algo interesante que contarnos.

Su estilo, tan asociado con el Davis de Kind Of Blue, lo llevó a formar parte del quinteto de homenaje con Wayne Shorter, Herbie Hancock, Ron Carter y Tony Williams, que se presentaron incluso en la Argentina, en el estadio de Obras, en 1992.

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